martes, 9 de marzo de 2010

Apunte de climatología

El cielo está azul
la noche estrellada
luce el sol
luce la luna.
Las nubes, obstáculo de nuestro deleite.
El placer del día o de la noche abierta, está en ello, en que nos enfrenta al mayor misterio posible. Nos abre y nos lanza al mayor campo posible, elimina las barreras con lo infinito que hay por encima de nuestras cabezas, no hay referencia, no hay protección.
-¿Por qué disfrutamos cuando se disipan las nubes, cuando se nos enfrenta al infinito, cuando preferimos vivir en lógicas predeterminadas, si preferimos Alphaville a Freetown?
-Las nubes se erigen detonantes del miedo a no ver más allá, a quedarnos en lo mundano, en la inercia programática, dentro de acciones lógicas (¡maldita palabra!), diseñadas para un adecuado devenir social, que elimina las incógnitas, y reduce las acciones a la lógica del "Por qué/Para qué" del devenir productivo.
Este miedo/rechazo de la nube, se muestra como un "ruido secreto", que todos sentimos vibrar, pero por el cual no nos preguntamos.
De esta manera podemos seguir con nuestra bipolaridad: deseo, ansia de luz y rechazo de la pregunta, del error, del ensayo dirigido por la pasión, que no siempre anda parejo a la lógica, pero que sin duda nos acerca un poco más al sol.

Ya que a todos se nos quemarán las alas, ¡que sea lo mas cerca del sol!.